No podemos concebir la vida en la Tierra sin el agua. Los océanos cubren más de dos terceras partes de la superficie del globo, contienen el 96% del agua total y constituyen una parte esencial de nuestro planeta.

Por este motivo, desde el año 2009, el día 8 de junio se celebra el Día Mundial de los Océanos. Esta idea surge por primera vez en 1992, en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, como una forma de reivindicar el papel fundamental que desempeñan los océanos en nuestras vidas y para concienciar sobre las distintas maneras que tenemos las personas para ayudar a protegerlos.

Los océanos nos proporcionan innumerables beneficios. Tienen un papel muy importante en la regulación del clima y podemos considerarlos como los pulmones de nuestro planeta, ya que en ellos el fitoplancton produce la mayor parte del oxígeno que respiramos. Además absorben dióxido de carbono, con lo que ayudan a mitigar el impacto sobre el clima y son considerados una farmacia natural.

Así mismo, albergan una gran cantidad de especies y constituyen una fuente muy importante de alimento; de hecho, casi la mitad de la población mundial depende de los recursos marinos y costeros para sobrevivir.

El lema de este año, Unos océanos sanos, un planeta sano, nos recuerda que mantener los océanos en buen estado es imprescindible para asegurar un correcto funcionamiento del resto de ecosistemas. Sin embargo, las actividades humanas generan impactos ambientales que afectan muy negativamente a los océanos, y su capacidad para resistir estos daños es limitada. La contaminación marina, la sobreexplotación pesquera, el cambio climático o la acidificación son algunos de los problemas producidos por el ser humano que ponen en riesgo la salud de nuestros océanos.

En nuestra vida diaria, todos podemos contribuir a mejorar la salud de nuestros océanos. Disminuir la cantidad de jabones y detergentes que empleamos, usar productos biodegradables, no tirar aceites por el fregadero, utilizar las papeleras para evitar que los residuos terminen llegando a los mares o consumir productos procedentes de la pesca sostenible son pequeños gestos que podemos llevar a cabo para ayudar a conservar nuestros océanos.

¡Os invitamos a que deis voz a los océanos desde vuestro centro educativo!